Historia de O Cebreiro
Desamortización

                                        

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        El Priorato de O Cebreiro sobrevivió llevando una vida artificial hasta el fin de sus días. Y pudo sobrevivir gracias a que los monjes edificaron y explotaron un mesón con el que conseguían fondos suficientes para el mantenimiento del hospital. Pero apenas si les dejaron el tiempo suficiente para lograr rehabilitarse, pues enseguida se presentó una situación mucho peor que quebró todas las esperanzas y significó la muerte del Priorato y del hospital. Este fatídico momento tiene un nombre y una fecha: Exclaustración, 1835.

        Para comprender mejor esta etapa de la historia de España es mejor esbozar una panorámica en la que se pueda ver la situación que reinaba en la sociedad española de entonces, y, especialmente, la de los monjes. La vida que llevaban los monjes durante el siglo XIX les permitía estar en contacto con todas las realidades que reinaban en España, pues su hábito estaba presente tanto en las altas esferas de la política y de la enseñanza como en medio de los campos de los campesinos, de cuyo seno procedían. El pueblo llano estaba perfectamente atendido por estos monjes que les curaban sus heridas y les enseñaban las primeras letras, motivo por el cual les estaban agradecidos. Pero esta situación va a cambiar de la noche a la mañana. El cambio político que trae consigo la Guerra de la Independencia supone una revisión radical de las fuerzas vitales y de los esquemas administrativos del país. La nueva España, consciente de su antigua decadencia, quiere acomodarse a las luces del siglo. Los liberales pretendían provocar una ruptura con el Antiguo Régimen en el sentido de que la Iglesia abandonase sus puestos de responsabilidad y poderío económico pasando a ser sus esclavos. Y, por otra parte, la enorme deuda pública que arrastraba la hacienda española y las apetencias de una burguesía ansiosa de enriquecerse con tierras buenas y baratas se coaligaron para realizar la desamortización eclesiástica.

        Las exclaustraciones legales comienzan en 1834 con la supresión de algunos conventos y culminan con la ley recapituladora de 1837. Entran en vigor especialmente por el decreto del 11 de octubre de 1835, durante el mandato de Mendizábal. Paralelamente existen otras exclaustraciones ilegales producidas por los motines callejeros y las juntas revolucionarias: matanzas de frailes, quemas de conventos... que no tardaban en ser legalizadas desde el gobierno. Si escandalizada había quedado la nación con los asesinatos y quemas de conventos, no menos le ocurre cuando empieza a llevarse a la práctica la famosa ley de Desamortización, obra del ministro de Hacienda, Juan Álvarez Mendizábal, de 1836 y 1837. En principio quedaban cerrados más de 900 conventos, y aunque se propuso que sus bienes pasaran a la Caja de Amortización, no pocos fueron dilapidados al ser puestos a subasta pública los edificios, campos y posesiones de las llamadas "manos muertas" y aprovecharse de ellos el mejor postor, sin notables beneficos para el Estado. Después de un periodo de relativa calma, en el que se le habían devuelto algunos derechos a los eclesiásticos, en septiembre de 1841 se dicta una ley semejante a la del 1837, por la cual se declaraban sujetos a la venta los bienes nacionales consistentes en propiedades del clero secular.

En Galicia no hubo realmente una supresión fulminante y momentánea de los conventos, sino que se fueron realizando una serie de exclaustraciones particulares apoyadas en disposiciones gubernativas referidas a casos y a lugares determinados. En las provincias de La Coruña y Lugo fue más precoz y decidida que en las de Pontevedra y Orense. En Lugo la supresión de los 14 conventos duró dos meses .[17]

        Durante los años posteriores a la exclaustración, esta política se fue llevando a cabo de manera intermitente dependiendo de los cambios políticos. Incluso algunas órdenes fueron permitidas por conveniencia política, como es el caso de algunos colegios. Pero lo cierto es que esta política iniciada por Mendizábal en el 1835 fue alcanzando, tarde o temprano, a casi la totalidad de los conventos y monasterios de España. En tal estado de cosas O Cebreiro no iba a ser una excepción. En el año 1854, como consecuencia de la Ley de Desamortización de los bienes eclesiásticos, o monasterio de O Cebreiro debe dejar de existir como tal y los monjes benedictinos se vieron obligados a abandonarlo. Así cuenta D.Elías el hecho:

        "Después de una larga estancia de diez siglos al frente del Hospital, en socorro de los peregrinos y demás necesitados, los monjes de S. Benito, en agosto de 1858, se ven precisados a abandonar El Cebrero, como consecuencia de las impías leyes de desamortización promulgados por el gobierno español"[18].

        Una vez que los monjes abandonaron el recinto, todo va perdiendo prestigio hasta su total extinción. Desde ese momento pasó a constituírse parroquia dependiente del Obispado de Lugo. De todas formas es posible que continuase algún monje que se hizo cargo de la parroquia.

HISTORIA

Raíces de O Cebreiro: Las Pallozas.
836. Fundación del Mesón Santuario.
1072. Alfonso VI lo dona a S.Giraldo de
       Aurillac. Establecimiento de los monjes
.
Privilegios reales.
1300. Milagro Eucarístico.
1487. Los RR. Católicos lo hacen
      depender de S. Benito el real de Valladolid
.
S.XV-XVI. Comienzo de la decadencia.
1853. Desamortización, el templo
       pasa a la jurisdición lucense.
Guerra de la Independencia.
1962. Recuperación de O Cebreiro.